miércoles, 7 de noviembre de 2012

Rosario Castellanos - Poemas

Por Dr. Tocino




Uncoolers, es un placer traerle de vuelta a esta escritora mexicana originaria de Chiapas, pues la historia de su carrera y de su persona nos muestra a una mujer bastante completa y muy sobresaliente en cualquier ámbito, llegando a ser embajadora de México en Israel, por citar solo un caso. A lo largo de su carrera como escritora demostró un desarrollo bastante considerable en la novela y los poemas. Tanto éxito se debe, en mi opinión, a que manejaba la realidad desde un punto de vista muy fascinante, parecía verlo con los ojos de nuestros pueblos indígenas, así nos transmitía todo su sabor en cada lectura.


Es muy evidente este hecho, pues los temas de sus novelas o poemas giraban en torno a la naturaleza, convivir con nuestro ambiente, el valor de los cuentos y nuestras raíces, y cosas por el estilo. Por eso queridos uncoolers, en esta ocasión les traigo algunos de sus poemas, para que puedan enriquecer su colección con algo selecto de nuestro país, y de esta manera sean ustedes los que cataloguen y disfruten de su singular trabajo.



"Destino

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.
Ninguno está tan cerca. A ningún otro hiere
un olvido, una ausencia, a veces menos.
Matamos lo que amamos. ¡Que cese esta asfixia
de respirar con un pulmón ajeno!
El aire no es bastante
para los dos. Y no basta la tierra
para los cuerpos juntos
y la ración de la esperanza es poca
y el dolor no se puede compartir.

El hombre es anima de soledades,
ciervo con una flecha en el ijar
que huye y se desangra.

Ah, pero el odio, su fijeza insomne
de pupilas de vidrio; su actitud
que es a la vez reposo y amenaza.

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo del tigre.

El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
-antes que lo devoren- (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.

Damos la vida sólo a lo que odiamos
"
 
 
 
"Ser Río sin Peces

Ser de río sin peces, esto he sido.
Y revestida voy de espuma y hielo.
Ahogado y roto llevo todo el cielo
y el árbol se me entrega malherido.

A dos orillas del dolor uncido
va mi caudal a un mar de desconsuelo.
La garza de su estero es alto vuelo
y adiós y breve sol desvanecido.

Para morir sin canto, ciego, avanza
mordido de vacío y de añoranza.
Ay, pero a veces hondo y sosegado
se detiene bajo una sombra pura.
Se detiene y recibe la hermosura
con un leve temblor maravillado."
Espero que lo disfruten y tengan oportunidad de consultar más en pro de su acervo cultural.