domingo, 8 de abril de 2012

De elecciones y juegos confusos...

por Young Neil


Es un lío estar en la edad de votar, desde el aburrido (pero cada vez más ágil) proceso para tramitar tu (disque-opcional) credencial para votar hasta el levantarte de tu asiento el cuatro de Julio para ir a tachar en un papelito tu decisión electoral; sin olvidar seguir el procedimiento y las campañas de los candidatos (porque ésto es tan importante como los dos momentos anteriores).


'Afortunados los ignorantes que viven en la felicidad', dirían por ahí. Afortunados —en este caso— los niños y adolescentes con menos de dieciocho años y por supuesto los enajenados que no irán a votar o irán a tirar su voto a la basura (engatusados por despensas, litros de gasolina, comerciales dramáticos o copetes bien peinados).


Ya lo dijo tío Ben: "con un gran poder se lleva una gran responsabilidad". Y eso es lo que es el voto, un gran poder; un poder que lleva la responsabilidad de decidir a quien le dará curso a nuestro país y con él, a nuestros destinos. Un poder que a veces sabe a impotencia, un poder que no se ha ejercido de buena manera, un poder que debemos despertar. Y es que la mayoría manda pero ¿qué pasa cuando la mayoría vende, regala o desecha si voto? Pues la minoría que votó por convicción ideológica e hizo su tarea electoral se pierde en la masa de votos vacíos.


Las campañas han iniciado: los comerciales de un candidato viajando por todo el país ya se ven en todos los canales, los de una madre abnegada y triste que quiere ser presidenta también están ahí, y los de alguien ya conocido que nos habla de una nación unida hacen presencia (aunque en menor medida). Las partes laterales de los automóviles y las traseras de los autobuses ya cargan con el rostro del candidato de las televisoras, doña putifina ya se puede ver en los espectaculares que yacen junto a las carreteras y los demás intentan hacerse ver (ojo: no darse a conocer).


Nadie dice qué es lo que promete. Ya ni siquiera nos venden falsas promesas, nos venden falsos rostros que quieren atraer y vender, en lugar de convencer.
La propaganda ha quedad atrás, lo de hoy es la publicidad: es mas importante vender al candidato o candidata, que hacer conocer y convencer de sus ideas.


Y aún así nosotros tenemos que hacer un doble esfuerzo y averiguar qué es lo que hay detrás de todo ellos, y qué es lo que cada uno quiere hacer con el país de todos. Olvida TvNotas y sus matrimonios, lee Proceso y dale a Google, nos necesitamos los unos a los otros. Extrañamente el camino es cuesta arriba cuando lo que uno busca es no regalar o vender su voto.


YN