Ayer pudimos ver cómo el nuevo presidente del país tomaba posesión de su cargo. El espectáculo fue como el de cada seis años, nada cambia; el presidente puede ser rojo, azul, amarillo, verde o hipster, pero el show que se arma siempre sería el mismo.
Muy posiblemente tú, como yo, estás inconforme con el resultados de las elecciones, ya ni hablar de fraudes o no; pero el pueblo, la televisión y/o el tribunal electoral han dictado que es el señor Don No-Leo-Ni-Aunque-Me-Corten-Un-Huevo debe ser nuestro gobernante por seis años, los cuales se me antojan largos, dolorosos, represivos y enfermizos (escribo esto con el temor en mi corazón, no vaya a ser que el presidente como primer acto decida remover el derecho de expresión).
Ahora que el copetudo tiene la banda presidencial en su pecho y nuestro futuro en sus manos nos quedan dos caminos: el primero, el más poético y literario, es el camino de la revolución, no les hablo de armas y enfrentamientos, hay otras maneras de revolucionar un país; y el segundo, el de la aceptación NO conformista.
A lo que me refiero con aceptación no conformista, es el darle entrada a este nuevo gobernante pero cuestionarle todo, informarse y participar. Es un trabajo de seis años, uno de toda la vida, uno que nos empuja a una cultura cívica y a una mejor sociedad. Nunca conformarnos con lo que tenemos, exigirle más y marcarle y recriminarle sus errores que, créanme, los tendrá.
En mi opinión cualquiera de las dos opciones es buena, y si se arma un frente poderoso, pertintente y limpio, me verán en las lineas de batalla. Ya que si todos nos quedamos en nuestras casas y aceptamos como que este tipo se janguea en los pinos, pues al menos yo lo haré pegado a twitter, leyendo mucho y haciendo activismo social en calles y redes.
Nunca hay que quedarnos dormidos, siempre debemos tener los ojos y oídos abiertos y al final él no es quien decidirá el futuro de México, porque aunque sea presidente, no vamos a dejarle ese poder. Nosotros somos quienes decidimos el futuro de nuestro país, y vamos a hacerles ver que, desde ahora y en adelante, así va a ser.
YN